Ingrid Loyau-Kennett, de 48 años, madre de dos hijos y líder de los scouts -según la prensa- viajaba ayer en un autobús que atravesaba Woolwich, al sureste de Londres, cuando vio al soldado ensangrentado tirado en la carretera y pensó que había sufrido un accidente.
“Me acerqué al chico y cuando llegué al cuerpo, había una mujer
sosteniéndole, y entonces (uno de los atacantes), el que estaba más nervioso de
los dos, dijo: “No se acerque demasiado al cuerpo””, relató Loyau-Kennett al
canal ITV.
“Vi un cuchillo de carnicero y un hacha y sangre”, agregó.
“Pensé, ¿qué demonios?, creí que obviamente estaba un poco nervioso y que solo
había que hablar con él”.
TRATÓ
DE CALMAR AL ATACANTE
Loyau-Kennett explicó que trató de hablar con el atacante para distraer su atención y evitar posibles víctimas.
“Intenté
hacerle hablar sobre cómo se sentía”, afirmó. “Habló de bombas cayendo y
matando a mujeres, niños (...) Empezó a llegar más y más gente. Había mucha
gente alrededor. Miré alrededor y me pareció descorazonador”.Loyau-Kennett explicó que trató de hablar con el atacante para distraer su atención y evitar posibles víctimas.
Fuente.elcomercio.pe
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